Romero solo (poema)

Este poema de León Felipe me encanta desde que lo conocí. Aprendí a declamarlo en un grupo de teatro a los 18 años, y  ha llegado a convertirse en el  himno poético  de mis peregrinaciones.

Es un canto a la libertad, a la mente abierta y fresca del principiante, del aprendiz…. un canto  al desapego y ligereza del peregrino… un canto al cosmopolita que no entiende de fronteras.

P
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r en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

Actuar sin actuar: la acción que ayuda a silenciar*

Hombre, Humano, Persona, Mar, Sun, Luz Solar

Hay muchas propuestas de buscar  el silencio como antídoto contra la dispersión, contra los efectos de ese estrés dañino, y es interesante esa ayuda para calmarnos, pero… hay mucho más que decir sobre el silencio.

Palabra y silencio son dos pilares de la cognición humana. Dos vías que se complementan en nuestra relación con la vida: pensar y contemplar.

La palabra ordena, separa, simplifica, abstrae, interpreta, filtra, describe, gestiona…

El silencio atiende, escucha, se abre a la recepción de la presencia del existir. Es puerta al reconocimiento, a la valoración. Es fuente y fundamento de la percepción asombrada, del interés gratuito, de veneración… ¿Por qué?

Parafraseando a María Corbí el mundo se nos muestra, pero no lo percibimos automáticamente, necesitamos aprender a mirar, ejercitando el prestar atención, pero no con la atención fluctuante que gestiona mil cosas, que salta de un punto a otro de la cotidianidad sino con la atención más focalizada en el presente, donde paradójicamente el sujeto que mira (el yo) se vacía y se abre hacia lo otro, hacia la Vida.

Ahondamos en la práctica del silencio, ejercitando la herramienta cognitiva de la atención, atención focalizada y abierta a lo que se presente. Y ahondamos bajando el volumen del yo, de modo que no ocupe todo nuestro espacio mental, de modo que podamos liberarnos de su dictadura.

Silencio no es quedarse como piedra, ni alejarse de la realidad. Silencio es desocupar para poder recibir. Silencio es predisponerse a atender , a recibir, a escuchar, es abrirse a la realidad.  Silencio es detener la mirada utilitaria para poder ver desde la gratuidad. Para que nazca un conocimiento silencioso que  brota del misterio de uno mismo que es el misterio del cosmos.

El Bhagavad Gita habla de quien encuentra el silencio en su actuar y comprende que el silencio es acción, esa persona ve la luz y halla paz.

El Tao Te King habla del sabio, que adopta la táctica del no-hacer y practica la enseñanza sin palabra. Señala poéticamente como se abren puertas y ventanas en los muros de una casa pero es el vacio lo que permite habitarla. ¿Sería el silencio el vaciado que nos permite ser más  nosotros mismos?

¿Y como se diferencia esa no acción de la otra acción?

Actuar seria adoptar un papel, un personaje, vivir en nuestra personalidad con su historia, hábitos, memorias y defensas aprendidas. Actuar bajo el patrón de nuestras necesidades, especialmente de reconocimiento de los demás. Actuar es ser reactivo a la actitud de los demás hacia nosotros. Ese actuar obstaculiza la Vida que todo lo es

No-actuar sería dejar caer el disfraz, dejar de identificarnos con el escenario y el personaje principal, y descubrir al ser que somos cuando nos atrevemos a quitarnos la careta. No es pasividad, es interrupir automatismos, para vivir la vida que es, no la realidad mental que fabricamos día a día.

Nisargadatta expresa inspirado como es esta acción que es no acción:  La flor llena el espacio de perfume, la vela de luz. No hacen nada y, sin embargo, cambian todo con su mera presencia. Su presencia misma es acción.

Etty  Hillesum  en su diario en el campo de concentración de Westerbork, expresa la importancia de conectar con esos claros de paz interior para poder irradiar a los demás, en su caso, en una situación terrible.

Thomas R. Kelly expresa la perplejidad y el malestar interior de vivir sin momentos dedicados al silencio del corazón, de vivir en un ritmo enloquecido de obligaciones, llevando cargas que nos tensan cuerpo y mente. Reclama buscar ese centro infinito dentro de nosotros, que unifique nuestra vida dispersa, dejarnos guiar por esa voz y por la paz que surge desde ese Centro.¿ la vida no se haría más sencilla, más serena, más radiante?

Concluyendo con una frase de Rafa Sanchez en su libro Set,  La tragedia  no es desaparecer . Es no estar en nosotros mientras somos

 

*  Actuar sin actuar: la acción que ayuda a silenciar  es el título de unas jornadas ( organizadas por el centro MAS QUE SILENCIO ) y celebradas en Madrid, en el colegio mayor Loyola el 15 y 16 de febrero, dirigidas por Teresa Guardans.

Teresa Guardans, filóloga y humanista, plantea este encuentro como un espacio de reflexión e interiorización siguiendo una exquisita selección previa de textos espirituales clásicos y contemporáneos, reseñando tantos textos orientales extraidos del Tao Te King y el Bhagavad Gita, como textos de Santa Teresa de Jesús, Nisargadatta, Javier Melloni, Mariano Corbi, etc. Estos textos sirven de partida para la reflexión sobre lo que es la experiencia del silencio, como forma de acción que pretende potenciar una visión diferente de la realidad y una relación con la vida más plena.

Para mi ha sido una oportunidad de recordar lo que ya sabemos, de forma más  o menos consciente: que la vía meditativa o del silencio es otra manera de dirigir la atención, de manera más sostenida, más fuera del tiempo y de las andanzas de nuestro yo.

La lectura de textos de diverso origen  nos confirma  que hay muchas maneras de expresar la vivencia profunda, de apuntar a lo esencial y que a cada cual interpela o da luz con diferente matiz o intensidad.

Escuchar la exposición de Teresa me lleva a  agradecer su claridad, la ayuda que da al exponer temas profundos con lenguaje sencillo. Reflexionar con Teresa es un motivador para retomar la práctica, que muchas veces decae con la rutina y el ajetreo diario.

Como tú (poema)

Este bello poema de León Felipe es un canto a la humildad, un canto al espíritu libre, abierto y viajero, que expresa la vivencia del caminante, del peregrino, del exiliado…

COMO TÚ

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas 
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
ligera…

     (León Felipe, Versos y Oraciones de Caminante)

Adicción y Contradicción (dos poemas)

Unos poemas sobre las cadenas de la dependencia, la trampa de placer efímero-dolor futuro. Un peligro de esta cultura consumista y escapista es caer en las redes de una adicción, la que nos aleja de la libertad de lo sobrio, de la claridad mental de una mente abierta.

ADICCIÓN

Dame un atajo al placer

Dame un escape al dolor

Quiero una emoción intensa,

éxtasis, gozo, dulzor…

Un estímulo a mi mente,

alivio a la frustración:

trago, bocado, pastilla…

necesito un subidón,

Un me gusta, una tableta,

polvo blanco,  un bombón…

Atrapado en el deseo

caí en el descontrol.

Hoy necesito la calma,

salir de la desazón.

Dame un atajo al placer

Dame un escape al dolor

 

CONTR-ADICCIÓN

Adicción. Adicción. Adicción.

Tres partes fantasia, 3 partes ficción.

Junto a su resplandor ciego

debería traer aviso de desahucio.

Pensamiento encadenado

al vértigo del deseo.

¿Cómo romper las cadenas

de un cerebro secuestrado?

Oculto en la miseria

aislado o acompañado

sin poder mirar arriba

enfangado de autoengaño

¿Dónde está la humilde mano

que calma la quemazón,

que cose el negro desgarro?

¿Dónde está el poder más pleno,

la perdida sobriedad,

el anhelo puro de antaño?

PERMITIR (un poema)

Un bello y sabio poema, donde se expresa algo tan díficil para nuestra mente acomodaticia: ACEPTAR y SOLTAR.  Aceptar lo que viene, dejar ir lo que se va, ya sea grato o ingrato, fácil o duro, regalo o pérdida; es decir, PERMITIR los vaivenes de la ruleta de la vida, abrirnos a lo que llega, dejar marchar lo caduco. Lo que viene conviene, diria el refrán.

avionPapel

A la vida no se la puede controlar.

Trata de acorralar a un rayo,

o de dominar a un tornado.

Detén a un río y creará un nuevo cauce

Resiste y la marea te hará caer.

Permite y la gracia te aupará a un nivel superior.

La única seguridad reside en dejar entrar a todo:

lo salvaje y lo débil; el miedo,

las fantasías, los fracasos y el éxito.

Cuando la pérdida arranca las puertas del corazón,

o la tristeza encubre tu visión con desesperanza,

La práctica consiste sencillamente en soportar la verdad.

Si escoges abandonar tu forma conocida de ser,

Todo el mundo se revela ante tus ojos nuevos.

                        (DANNA FAULDS)

El bote vacío (una parábola)

 

Un monje decide meditar solo, lejos de su monasterio.

Rema con su bote al medio del lago, lo ancla allí, cierra los ojos y comienza su meditación.

Tras unas horas de silencio imperturbado, de repente nota el golpe de otro bote colisionando con el suyo. Con los ojos todavía cerrados, siente crecer el enfado, y se predispone a gritarle al barquero que osó interrumpir su meditación.

Pero cuando abre los ojos, lo que ve es un bote vacío que quizá fue a la deriva hasta el medio del lago.

En ese momento, el monje alcanza la realización y entiende que la rabia habita dentro de él: simplemente necesita del choque con un objeto externo para que salga afuera. En adelante, cuando se cruza con alguien que le irrita o le provoca rabia, se recuerda a sí mismo:  «Esa persona es simplemente un bote vacío. La rabia está dentro de mi»

 

Sobre el silencio

Lo primero necesario para una vida más humana … es redescubrir el valor, o mejor, la centralidad del Silencio. «Al principio ya existía la Palabra», nos dicen muchas culturas africanas, asiáticas y europeas. Pero ninguna de ellas, que yo sepa, afirma que la Palabra sea el Principio. El Principio es el Silencio, el Vacío, el No-ser, el Abismo, la Oscuridad, o tantos otros símbolos de muchas otras tradiciones.

No es necesario decir que me refiero al Silencio del que surge al Principio la Palabra. La palabra no es el silencio, tampoco es la interpretación del silencio. La palabra tiene su autonomía; pero la palabra auténtica surge del silencio , precisamente «rompiéndolo», yendo más allá, superándolo —lo cual en el lenguaje tradicional se expresa diciendo que la Palabra es el Sacrificio del Silencio— . El Silencio no habla, no dice nada, pero deja decir, hace decir —inspira la palabra, porque mora en ella—. El Silencio no interpreta, pero, cuando somos conscientes de él, nos invita a interpretarlo. Y este es un punto basilar y difícil, mejor dicho, imposible de explicar, porque el Silencio es simple (simplex), no puede explicarse, y los pliegues son de por sí sonoros y, además, pueden ser muchos. El Silencio es Libertad, precisamente porque no-es, no es todavía nada y (por lo tanto) puede serlo todo.

Más explícitamente, quien no vive el Silencio, quien no ha tenido experiencia de él, quien no lo ha surcado existencialmente, no puede ser tolerante; será rígido y, por lo tanto, se sentirá infeliz si las cosas no van como «hubiera querido» o como «piensa» que deberían ir. Lo cual significa que la experiencia del Silencio forma parte de la base de la libertad, del pluralismo, de la tolerancia y de la felicidad. Quien vive el Silencio sabe que las cosas pueden decirse, hacerse y pensarse de muchas maneras. El Silencio no ejerce violencia en las cosas, las pone en su sitio, situs —término con el que está emparentado etimológicamente (σιγή, sigē)—.

Cuando casi todas las tradiciones recomiendan el Silencio, no nos están dando un consejo moral para que no hagamos mucho ruido y continuemos siendo humildes y no molestemos a los demás. Nos están diciendo algo más. Nos invitan a encontrarnos a nosotros mismos, para que intentemos descubrir el Silencio originario del que procedemos. La última línea de la carta de Platón (la XIII, a Dionisio, tirano de Siracusa) acaba con tres palabras: καὶ αὐτὸϚ ἴσθι (kai autos isthi, ¡y sé siempre tú mismo!).

El «noble silencio» es la virtud fundamental del monje, dice Buddha. «El monje o habla a Dios o habla de Dios», dice un aforismo cristiano —¡un Dios, sin embargo, que está en todas partes!— , «también entre los pucheros» (santa Teresa de Jesús). «El sabio es silencioso», afirma el taoísmo. El perfecto, el muni, no habla, proclama el jainismo. «Las palabras del sabio se oyen mejor en silencio (en la tranquilidad)», dice el Eclesiastés [Cohélet] (cf. Ecl 9,17), y cuando el viejo Darwin debe dar su parecer sobre un joven candidato, tras el coloquio académico de rigor, exclama: «¡Cómo queréis que dé mi opinión, si desde que ha venido a verme no ha hecho más que hablar!».

El silencio no es el resultado de la represión de la palabra; no se trata de silenciar las preguntas que nos preocupan. El Silencio es anterior, originario y originante; no es el resultado de nada. Originante de todo lo que surgirá espontáneamente de nosotros si el corazón es puro y la mente está limpia y libre de prejuicios. «Cuando vayáis a dar testimonio de mí no os preocupéis primero por lo que debáis decir —afirma la Escritura cristiana—, en caso contrario frenaríais al Espíritu» (cf. Mt 10,18-19). Todo esto practican, o a ello aspiran, los monjes. El arquetipo es este, pero no reside ahí su última palabra, como afirma el Dhammapada: «No por guardar silencio se hace uno sabio…».

Cuanto sigue no es un vademécum de espiritualidad contemporánea. Esta nueva espiritualidad (dudo si es la palabra adecuada) debemos construirla juntos, viviéndola.

Vivir el silencio en una sociedad ruidosa y agitada no es un arte fácil, pero probablemente comienza con una simplificación de la vida. Y probablemente es más necesario tener la experiencia del silencio que hablar demasiado de él. Allí donde «todo devenir calla», «queda inmóvil» (jedes Werden stand still), como afirma Rilke en uno de los primeros versos de su Das Buch vom mönschischen Leben (El libro de la vida monástica), con ecos lejanos de una Upaniṣad, que dice: «allí donde toda palabra retrocede».

De Raimon Panikar, Elogio de la sencillez

Evitar los 4 jinetes en las relaciones

relacion

Según las observaciones del psicólogo e investigador de las relaciones John Gottman, habría  cuatro conductas destructivas  en las relaciones de pareja, que pronosticaban con gran acierto el deterioro y la ruptura, y que denomino los cuatro jinetes del apocalipsis. Serían la crítica excesiva, el desprecio, la actitud defensiva y el actitud distante.

Los Cuatro Jinetes

1.Crítica. Algunas formas de crítica son constructivas, pero en este caso crítica se refiere a hacer juicios negativos a la pareja o etiquetarla negativamente en términos absolutos. Un modo de incurrir en esta forma dañina de crítica es cuando uno usa términos como nunca o siempre, por ejemplo: Nunca piensas en nadie, solo en ti, o Siempre eres tan cabezota.

Nota que la crítica en si no es necesariamente una receta para el fracaso de la relación, -el problema es que la crítica excesiva a lo largo del tiempo, conduce al jinete destructivo.

Alternativa constructiva: No hay nada malo en expresar quejas y molestias en una relación, pero se trata de hacerlo de un modo que se centre en tus propios sentimientos (y como la conducta de tu pareja te afecta) – por ejemplo, expresándo algo como:  Me siento sola cuando llegas a casa tarde para cenar – y menciona la conducta negativa específica negativa en lugar de hacer expresiones de ataque contra la personalidad global del otro (p.e. Me siento descuidada cuando hace planes sin mi, en lugar de ¡Eres tan desconsiderado !).

2.Desprecio. Es una forma más destructiva de crítica que implica tratar a la pareja sin respeto, desagrado, condescencia o ridiculizando. Puede implicar sarcasmo, burla, desdén o insultos. El desprecio puede crecer con el tiempo cuando uno se enfoca en las cualidades que le desagradan de la pareja y las amplifica en su mente.

Alternativa constructiva: En lugar de contabilizar los fallos de la pareja, tener en cuenta sus cualidades positivas y las cosas que más aprecias de ella. De ello, puede ayudar escribir una lista de estas cualidades y volver a ellas cuando se necesita un recordatorio

3.Actitud Defensiva. Esta actitud tiene a surgir cuando la persona se siente atacada o criticada; implica poner excusas para evitar el tomar responsabilidad, o incluso desviando la culpa hacia la pareja. Si te oyes decir  No hice nada malo, o culpar a tu pareja por alguna cosa después de que ella ha lanzado una queja contra ti, pregúntate si este es el caso. Incluso si tu pareja comete errores, eso no le libra al otro de la responsabilidad de las cosas que podría haber hecho de modo diferente. El problema de la actitud defensiva es que comunica a la pareja que no se la está escuchando realmente o que que no se toman sus asuntos en serio. Y al introducir nuevas quejas, puede exacerbarse el conflicto al hacer que la pareja se sienta atacada.

Alternativa constructiva: Tómate tiempo para escuchar lo que tenga que decir tu pareja y asume la responsabilidad cuando sea apropiado.  Una disculpa sencilla y auténtica puede ayudar mucho.

4.Actitud distante o evasiva. Esta actitud implica poner un muro (metafórico) entre uno y la pareja, al retirarse, cerrar, y distanciarse física y emocionalmente de la pareja, Un ejemplo de esto es dar a la pareja un trato de silencio, o abruptamente marcharse sin decirle donde se va. La actitud distante aparece a veces cuando los tres primeros jinetes se han acumulado y se hace abrumadora la situación. Esta actitud es especialmente destructiva en las relaciones, ya que puede hacer que la pareja se sienta abandonada o rechazada.

Alternativa constructiva: Si necesitas un descanso para hacer unas respiraciones profundas y ordenar los pensamientos, hazlo saber a la pareja, y luego retoma la conversación cuando estés listo. De este modo, tu pareja comprenderá que estás cuidando de ti mismo, y no tratando de rechazarla

PRÁCTICA PROPUESTA

1.Después de leer las descripciones de los cuatro jinetes, considera si tu y/o tu pareja incurrís en alguna de estas conductas durante los conflictos.

2.Examinar las alternativas constructivas propuestas, que se pueden usar en lugar de los cuatro jinetes y considera cómo puedes poner en práctica estas conductas alternativas.

3. La próxima vez que te halles en un conflicto con tu pareja, haz un esfuerzo activo para evitar cada uno de los cuatro jinetes y desarrolla la conducta constructiva en su lugar. No seas muy duro contigo mism@ si no lo consigues – Es difícil estar centrado durante el calor de una discusión, y estos hábitos toman su tiempo para cambiarse.

4. Después de un conflicto, toma nota de cómo fueron las cosas. ¿Caíste tu -o tu pareja- en alguno de los cuatro jinetes, y si fue así, te diste cuenta y trataste de tomar una alternativa durante el conflicto? ¿Qué fue bien, y que podría mejorar la próxima vez?

5. Si te parece adecuado, podrías invitar a tu pareja a participar contigo en esta práctica.

La cantidad de tiempo a emplear en desarrollar una estrategia constructiva, dependerá de la naturaleza del conflicto. La frecuencia dependerá de cuan a menudo experimentas conflicto en la relación. Un objetivo inicial  podría ser usar una de estas estrategias positivas una vez al mes.

 

(Inspirado y traducido de la web Greater Good in Action   Avoiding the four horsemen )

Para saber más :

Siete Reglas De Oro Para Vivir En Pareja, de John Gottman. Ed. Debolsillo.

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Una pausa de autocompasión

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 La autocompasión sería la capacidad de darse a uno mismo afecto y comprensión en los momentos de dolor. A veces cuando lo pasamos mal, nos recriminamos o sentimos culpa y rechazo. Y realmente necesitamos amor y aceptación.

La autocompasión tiene tres componentes, que vamos a vivenciar en esta práctica:

  • Mindfulness -o consciencia de nuestro estado emocional-
  • Humanidad Común – o reconocimiento de que es algo que compartimos con todos los seres humanos.
  • Amabilidad hacia mi mism@. Me doy aceptación, comprensión en la difícultad. Me valoro humanamente independientemente de la circunstancia

 

TIEMPO REQUERIDO: 5 minutos.

Puede ser un reto hacer esta práctica cada vez que se afronta una situación difícil, pero un objetivo inicial sería hacerlo al menos una vez por semana.

 

COMO HACERLO:

  1. Piensa en una situación difícil de tu vida, que te causa estrés.
  2. Evoca mentalmente la situación y observa si puedes realmente sentir el malestar emocional y estrés en tu cuerpo.
  3. Ahora dite a ti mism@: Este es un momento de sufrimiento. Este reconocimiento es una forma de mindfulness, de simplemente darte cuenta de lo que estás viviendo en el momento presente, sin juzgar si la experiencia como buena o mala. También te puedes decir: Esto duele. Exprésate de la manera que sea más natural para ti.
  4. Luego, dite a ti mism@: El sufrimiento es parte de la vida. Esto es un reconocimiento de la humanidad común a todos -que todas las personas tienen experiencias dolorosas, y que esto nos hace semejantes al resto de la humanidad en lugar de hacernos deficientes o raros. Otras opciones para expresar esto podría ser  No estoy sol@, o Todos pasamos dificultades en la vida, o Mucha gente siente de este modo.
  5. Ahora, coloca las manos sobre el corazón, siente el contacto y el calor de las manos en el pecho y di Que pueda ser amable conmigo mism@. Este es un modo de expresar autoaprecio. También puedes considerar si hay otra frase específica que sea más adecuada para ti en esa situación concreta. Algunos ejemplos: Que pueda darme la compasión que necesito, Que pueda aceptarme como soy, Que puede aprender a aceptarme como soy, Que pueda perdonarme a mi mism@, Que pueda ser fuerte, Que pueda tener paciencia,…

Esta práctica se puede hacer en cualquier momento del día. Si la practicas primero en momentos más tranquilos, quizá luego sea más fácil usarla en los momentos  en que más lo necesitas.

Traducción e inspiración en Greater Good In Action:  https://ggia.berkeley.edu/practice/self_compassion_break#

 

 

 

 

Nada es lo mismo (un poema)

mujerio

 

La lágrima fue dicha.

Olvidemos

el llanto

y empecemos de nuevo,

con paciencia, observando las cosas

hasta hallar la menuda diferencia

que las separa

de su entidad de ayer

y que define

el transcurso del tiempo y su eficacia.

 

¿A qué llorar por el caído

fruto,

por el fracaso

de ese deseo hondo,

compacto como un grano de simiente?

 

No es bueno repetir lo que está dicho.

Después de haber hablado,

De haber vertido lágrimas, silencio y sonreid:

 

Nada es lo mismo.

 

Habrá palabras nuevas para la nueva historia

Y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

 

(Autor: Angel González)