Romero solo (poema)

Este poema de León Felipe me encanta desde que lo conocí. Aprendí a declamarlo en un grupo de teatro a los 18 años, y  ha llegado a convertirse en el  himno poético  de mis peregrinaciones.

Es un canto a la libertad, a la mente abierta y fresca del principiante, del aprendiz…. un canto  al desapego y ligereza del peregrino… un canto al cosmopolita que no entiende de fronteras.

P
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r en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

Errores comunes en la práctica meditativa (2). El mito de la mente serena

Still

Hay otros dos errores en la práctica meditativa que nos desvían del camino hacia mayor libertad y fortaleza que puede traer la meditación. Ambos errores están basados en el supuesto de que el objetivo  principal de la práctica es  calmar o silenciar el ruido mental de manera que se pueda experimentar algo de  paz interior.

ACTITUD ERRÓNEA 3   Pretender lograr la Paz Permanente meditando.

Generalmente se dice que la tranquilidad o la relajación son el objetivo primario de la práctica meditativa. De  hecho, se citan  los sentimientos de calma como el GRAN beneficio de la meditación desde un punto de vista de la salud. Pero este enfoque estrecho limita el potencial de una experiencia más profunda de la práctica.

Dado que conseguir calma prolongada no es fácil para la mayoría,  resulta también una causa importante de decepción. Lleva a mucha gente a abandonar la práctica antes de que hayan saboreado la libertad que puede aportar. Desde luego que meditar suele producir sensaciones de relajación y sentimientos positivos. Simplemente que no siempre lo va a hacer.

Por tanto, puede que uno acabe creyendo que ha fallado porque su práctica no trae  calma siempre. Y si eso ocurre se pierde la gran oportunidad que ofrece la práctica regular para cambiar la vida. La buena noticia es que la mente serena no es el santo grial, pues se pueden experimentar cambios extraordinarios incluso si no todas las experiencias meditativas son sosegadas.

Es posible algo más grande y más útil . Se trata de cultivar la estabilidad frente a todas las experiencias vitales diversas, la ecuanimidad. Potenciar esta habilidad es mucho más significativo que cualquier vivencia fugaz de paz que pueda ocurrir en la práctica. Esta habilidad es más profunda y más duradera. Es nada menos que una liberación en si misma.

Imaginemos la libertad de poder permanecer estable en la vida, sin importar cuan difíciles e incomodas sean las circunstancias, de tener una relación abierta e incondicional con los sentimientos. Esto tiene poco que ver con la calma pasajera que pueda uno sentir durante la práctica o como resultado de ella.

ACTITUD ERRÓNEA 4 – El mito de la mente serena

Se nos ha dicho que  meditar consiste en lograr una mente serena, lo cual es posiblemente la suposición más generalizada. Muchas personas han deducido en base a ello que simplemente no son buenas en la meditación, y han renunciado porque eran incapaces de tranquilizar la mente.

Una mente serena es algo que se suele experimentar en momentos de la práctica meditativa, pero no es su fin último, y no aporta necesariamente mejores resultados en la vida cotidiana.

Como sucede con otras distracciones, buscar la mente serena puede desviarte de lograr una gracia mayor. Lo que aporta resultados es aprender a desvincularse de la mente sin tener en cuenta lo activa que puede estar. Al hacer eso, se descubre la posibilidad de liberarse de la mente, lo que es mucho más liberador que simplemente silenciarla.

En términos prácticos, tener una mente serena en la meditación apenas influye una vez que vuelves a tu cotidianidad, donde necesitas pensar, implicarte y organizarte. Lo que es más valioso es lograr una profunda presencia de consciencia y estabilidad  con independencia de los contenidos de la mente en un momento dado.

Esta profundidad de consciencia es lo que  nos da la habilidad de discriminar qué pensamientos merecen ser escuchados o seguidos, y cuales no. Y cuando esta capacidad se afianza, nos damos cuenta de que estamos en un terreno de mayor libertad.

( traducido y adaptado de Evolving Wisdom, de C. Hamilton)