Mindfulness o atención plena no solo es un conjunto de técnicas meditativas, sino que es una capacidad natural del ser humano, y una filosofía de vida.
Integrar mindfulness en la vida cotidiana es un proceso gradual que normalmente requiere:
- Un taller de iniciación y aprendizaje. Normalmente se ofrecen cursos presenciales de 8 semanas, inspirados en el taller MBSR creado por J. Kabat-Zinn, aunque hay muchas variantes. El curso te propone 1 sesión semanal presencial y prácticas diarias, con apoyo de audios. También puedes encontrar por internet cursos gratuitos y de pago on-line.
- Crear un hábito diario . Esto es un proceso que puede llevar un tiempo. La práctica de yoga o tai-chi facilita el camino a muchos principiantes. Las prácticas formales en quietud, las prácticas breves y la práctica informal deben ser adaptadas según cada persona y estilo de vida. En este proceso se requiere una actitud paciente y benévola con uno mismo, pues el ritmo de vida actual no facilita encontrar estos espacios para uno mismo.
- Un grupo de mantenimiento. Normalmente la práctica individual se debilita si no se tiene un soporte grupal o familiar. Somos seres sociales, y el grupo nos ayuda en la motivación, al compartir nuestras vivencias y aclarar las dudas en el camino. El grupo debería estar coordinado por alguien con experiencia.
- Contacto de la sabiduría perenne, que tradicionalmente transmitieron maestros e iniciados. Hoy día además de los libros clásicos disponemos de audios, textos, cursos y charlas de maestros contemporáneos. Necesitamos alimento para el alma
- Retiros intensivos a partir de un día o fin de semana, hasta varios días. Este tiempo más intensivo, que puede ser anual o semestral, ayuda a tener un contacto más profundo con la práctica y observar sus efectos más claramente, lo que potencia nuestro compromiso con la práctica.