Mindfulness o atención plena es prestar atención de manera intencional al momento presente, desde una actitud de aceptación, curiosidad y no juicio. (J. Kabat Zinn)
Aceptar es la capacidad de acoger lo que viene, sea agradable o doloroso; es permitir lo que es, es lo contrario de oponer resistencia.
Cultivar la aceptación es clave en la práctica meditativa, lo que significa abrirse a lo que hay, a una observación sin juicios. Al meditador principiante esta actitud le puede causar sorpresa, incluso rechazo, quizá porque se opone a esa inercia mental tan común que es la resistencia.
La meditación de la atención plena (mindfulness) propone no luchar con los contenidos mentales que aparecen, sino observarlos; poco a poco el practicante va acogiendo lo que viene con una actitud amable y benevolente, necesaria para el proceso.
La aceptación en la vida cotidiana también debe extenderse a los pensamientos y emociones provocados por las experiencias vitales. En el caso del duelo, p.e., hay que aceptar la aparición reiterada de pensamientos y emociones dolorosas relacionadas con la pérdida. Muchas veces hay un rechazo de los sentimientos que esa situación nos provoca. La meditación ayuda en este punto. Cuando empezamos a aceptar nuestras vivencias internas se van transformando las situaciones.
Al no resistirse, los pensamientos y emociones perderán su fuerza y persistencia. La consciencia nos ayuda a ver que los pensamientos son simples productos de nuestra mente, y así podemos dejar de confundirlos con la realidad, evitando que nos arrastren.
El cultivo de una actitud de aceptación radical de la experiencia presente del cuerpo-mente es básico en la práctica meditativa, y es lo que permite que ocurra la transformación y nos lleve a espacios de mayor libertad interior.
La aceptación significa por tanto permitir que las cosas sean como son, lo cual en la vida significa muchas veces abandonar proyectos que habíamos forjado y desligarnos de ataduras emocionales a personas o cosas.
En la meditación aprendemos a observar con paciencia y a poner en perspectiva los pensamientos, juicios, cavilaciones o resistencias, y si es posible, dejarlos marchar.
Por eso la aceptación está relacionada con desprenderse. La actitud de permitir se complementa con el soltar o dejar ir. Sin olvidar que aceptación está ligada a la comprensión, a la tolerancia, es decir que es una actitud amorosa.
(inspirado en Aprender a prácticar Mindfulness, de Vicente Simón)