Aceptar es la capacidad de acoger lo que hay, sea agradable o doloroso; es permitir lo que es, es lo contrario de oponer resistencia
Para poder aceptar debe haber comprensión en alguna medida. También tolerancia. Son parte del camino hacia el Amor.
Lo primero que tenemos que aceptar es a nosotros mismos y por extensión a nuestros padres, que son nuestros predecesores. Luego a los demás seres: estamos interconectados, crecemos, amamos, sufrimos a través de las relaciones.
Aceptar es también decir SI a la vida. Aceptar el papel que la vida nos ha propuesto. Aceptar lo que nos trae el fluir del rio de lavida, con su inevitable doble faceta de dolor y placer. Aceptar lo que nos disgusta y también lo que nos agrada.
La mayoría de las veces, la aceptación es un proceso gradual. El psicólogo K. Germer ha distinguido varias fases que pueden verse por ejemplo en el duelo por la pérdida de un ser querido. Se empieza por el rechazo o aversión al hecho. Aquí podemos pasar por sentir dolor, para luego negar y también rebelarnos, pues la rabia nos hace sentir más fuertes Más tarde se avanza hacia una fase de curiosidad por el hecho y por cómo estamos reaccionando. Otros momentos serían la tolerancia, o ser capaces de llevar la situación sin desbordarse emocionalmente y la conformidad, o permitir el ir y venir de los sentimientos, los altibajos del estado de ánimo. Por último llegaríamos a la reconciliación con el hecho y poder abrirnos a las posibilidades de la nueva situación.
Puede ser un proceso más o menos largo, según cada persona y situación. Desde luego, ciertos acontecimientos vitales son de muy difícil asimilación. Cada ser humano en su camino de maduración va aprendiendo a aceptar el presente, a reconciliarse con el pasado, a abrirse a todo lo que llega y a la incertidumbre del futuro.
A veces el último escollo a superar para poder aceptar es el orgullo, la suficiencia. Es la forma más sutil de resistirnos a lo que es.
Cuando la aceptación es total, se habla de rendición. A veces una persona tras mucho sufrimiento y resistencia, abrumada por unos hechos inevitables, acaba cediendo por completo, rindiéndose a ello. La rendición nos lleva a un nuevo estado de conciencia, se puede llegar a sentir sintonía con la vida, con todo lo que es.
Entrar en nuestro interior para ver lo que hay y ya está!!. Afortunad@s de tenerte!!. Gracias