La inteligencia emocional, IE, es la habilidad que nos permite percibir, comprender y regular nuestras emociones y las emociones de los demás.
Este concepto fue desarrollado por dos psicólogos de la Universidad de Yale, Salovey y Mayer, cuando llamaron la atención sobre un tipo de habilidad (IE) de manejo de emociones que mostraban niños, que aunque no tenían un CI muy elevado, alcanzaban resultados y relaciones sociales superiores a otros compañeros con un CI más elevado.
Hay dos tipos de modelos de IE:
- El modelo mixto, adoptado por D. Goleman, que relaciona la IE con otras variables como el optimismo, la autoestima o las habilidades sociales. La IE incluye todo aquello que no es inteligencia racional. Este modelo crea confusión conceptual a la hora de investigar
- El modelo de habilidad, adoptado por Salovey y Mayer, que concibe la IE como una variable única y la estudia de forma independiente. Permite investigar de modo más fiable la IE, que es entendida como la capacidad para percibir sentimientos, para comprenderlos adecuadamente y para regular y modificar las emociones tanto positivas como negativas.
Desde este último modelo de habilidad la IE implica cuatro componentes:
- Percepción y expresión emocional: reconocer de forma consciente nuestras emociones y ser capaces de darle una etiqueta verbal. También reconocer en otros las emociones expresadas; incluso distinguir el valor o contenido emocional de una situación social.
- Facilitación emocional: utilizar las emociones para facilitar otros procesos cognitivos. Dado que las emociones y los pensamientos están fusionados, podemos utilizar las emociones al servicio del pensamiento, de modo que nos ayuden a razonar de forma más inteligente y tomar mejores decisiones.
- Comprensión emocional: comprender los sentimientos de los demás, empezando por comprender los propios, qué cosas, personas o situaciones nos causan determinados sentimientos, qué pensamientos generan tales emociones, cómo nos afectan y qué consecuencias y reacciones nos provocan. Si reconocemos nuestros propios sentimientos más facilidades tendremos para conectar con los del prójimo. Empalizar consiste en situarnos en el lugar del otro y ser consciente de sus sentimientos, sus causas y sus implicaciones personales.
- Regulación emocional: es una de las habilidades más complicadas de dominar. Consiste en la habilidad para manejar o moderar nuestra propia reacción emocional ante situaciones intensas, ya sean positivas o negativas. Supone vivenciar nuestro estado afectivo, sin ser abrumado o avasallado por él, decidir como hacer uso de esta información para alcanzar un pensamiento eficaz, no basado en la irracionalidad. Del mismo modo, una regulación efectiva contempla la capacidad para tolerar la frustración y sentirse tranquilo ante metas que se plantean muy distantes.
Tradicionalmente se consideraban en conflicto la razón y las emociones. La revolución que ha traído consigo el concepto de IE es que las emociones y los pensamientos están fusionados, que razón y pasión no son opuestos, sino que deben trabajar unidos
Las habilidades emocionales son más importantes que las intelectuales en relación con el éxito profesional, y también influyen más en la satisfacción con la vida. Lo cual no quiere decir que la capacidad intelectual no sea importante.
Inteligencia emocional y educación
Tradicionalmente se ha fomentado la educación intelectual, dejando de lado la educación emocional, considerándose las emociones y su manejo como elementos secundarios. Diversos estudios confirman que los adolescentes con baja IE tienen una autoestima más baja, mayores índices de consumo de tabaco y alcohol, y más síntomas de depresión y ansiedad.
Dado que la mejor etapa para entrenar la IE es la infancia y el mejor entorno es la escuela, se considera que una educación integral debe incluir asignaturas relacionadas con la conciencia, conocimiento y regulación de las emociones, es decir la Inteligencia Emocional. Pero esta enseñanza debe basarse más en la práctica que en la teoría.
Se podrían considerar objetivos de la educación emocional:
- generar sentimientos positivos
- evitar la frustración
- desarrollar la sensación de autocontrol
- manejar las preocupaciones irrelevantes
- manejar los sentimientos negativos de miedo, rabia, celos, envidia, etc.
- desarrollar la autoconciencia emocional y la empatía.
Para profundizar: