Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
Era tan reconocido por su elocuencia y sabiduría que su fama había traspasado todas las fronteras, por eso el turista se sorprendió al ver que el sabio vivía de una forma muy sencilla.
Fue recibido en una habitación que por todo mobiliario tenía una mesa, un banco y una estantería llena de libros.
- ¿Está es su casa?, ¿dónde están sus muebles?, pregunto el turista.
- ¿Y dónde están los suyos?, contestó el sabio sonriendo levemente.
- ¿Los míos?, se sorprendió el turista, ¡pero si yo estoy de paso!.
- Yo también, concluyo el sabio.
La vida en la tierra es solamente temporal, sin embargo algunos vivimos como si fuéramos a quedarnos aquí eternamente y olvidamos lo principal.
La sobriedad es una virtud cultivada por sabios de todas las épocas. Sin embargo nuestra cultura de consumir/acumular valora en poco la moderación o austeridad, en contraste con el exceso y derroche.