En los últimos años, la psicología ha estudiado un fenómeno que afecta negativamente al bienestar, que es el pensamiento excesivo (overthinking) o rumiación. Algunas personas tras algún acontecimiento desagradable (p.e. una pérdida, una decepción o crítica, etc.) se ponen a reflexionar sobre aspectos negativos de sí mismas. Muchos creen que cuando estamos tristes debemos mirarnos por dentro, repasar mentalmente las situaciones y los sentimientos. Pero numerosos estudios demuestran lo contrario, que pensar demasiado mantiene o empeora la tristeza, destruye la motivación, reduce la capacidad de resolver problemas, obstaculizando la concentración y la iniciativa.
También se ha estudiado el hábito de comparación social, o pensamiento comparativo. Establecemos comparaciones, en nuestro mundo relaciones, que a veces son favorables y a veces desfavorables para nosotros. Pueden ser útiles, estimularnos a veces, o hacernos sentir mejor. Pero la mayor parte del tiempo es perjudicial observar lo que otros hacen. Compararse hacia arriba puede provocar sentimientos de inferioridad, disgusto y pérdida de autoestima; compararse hacia abajo puede provocar sentimientos de culpa, temor, afrontar envidias,etc.
Se ha investigado extensamente este asunto, resultando que las personas más felices no tienden a compararse con otros y las menos felices sí. También se comprobó que las personas más felices se alegran de que a los demás les vaya bien, y se preocupan cuando fracasan. En cambio la persona infeliz se entristece con los logros de otros y se tranquiliza con los fracasos de otros.
Para una persona con estos hábitos de pensamiento le ayudará aprender a canalizar su atención hacia algo más positivo o neutro, o aprender a ser capaz de enfocarse en otras actividades, o bien aprender a poner distancia con sus contenidos mentales
Técnicas para disminuir el pensamiento obsesivo y la comparación social
- Distraerse. Elige una actividad interesante que te divierta, que te absorba. Es una solución a corto plazo, que ya puede ayudar mejorar el ánimo.
- Técnica del ¡Basta!.- Decirse No o Basta, cada vez que eres consciente del hábito. Cambia a pensar en otra cosa neutra.
- Haz una lista de situaciones (lugares, momento y personas) que te inducen a ese hábito, e intenta evitarlas o modificarlas.
- Buscar un momento obligado para pensar obsesivamente. Reservar 30 minutos al día para eso.
- Hablar con alguien comprensivo o escribir sobre lo que piensas. Muchas veces el expresar ayuda a descargar y quitar importancia.
- Actuar. Empezar a hacer algo para resolver situaciones o problemas concretos.
- Otra técnica sería fortalecer tu autoestima y confianza. Por ejemplo aprender algo nuevo, buscar recursos o información valiosa.
- Practicar relajación y meditación ayuda a tomar distancia de las preocupaciones o pensamientos repetitivos, se aprende a reenfocar la atención en el momento presente. La práctica continuada tiende a aumentar el bienestar.
- Hacerse preguntas relativizadoras, por ejemplo ¿Tendrá importancia esto dentro de un año?
Lectura para profundizar. La ciencia de la felicidad, de S. Lyubomirsky (ed. Urano)
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