La gratitud no es solo la cortesía de dar las gracias. Es muchas cosas más: es una actitud, una emoción, una virtud moral, un hábito, un rasgo de la personalidad, una respuesta al stress, una forma de vida, etc.
Según Robert Emmons, psicólogo especializado en el tema, es un sentimiento de asombro, agradecimiento y apreciación por la vida.
También es un reconocimiento: reconozco que he recibido un regalo, reconozco el valor de ese regalo, reconozco y valoro la intención del donante. Ese regalo o beneficio puede ser material o inmaterial.
Esta palabra viene del latín, de gratia (que significa favor) y de gratus (agradable o grato). Tiene que ver con amabilidad, regalo, con la belleza de dar y recibir, con algo agradable. Encierra la idea de don inmerecido o recibido libremente (gracia en lenguaje teológico). Gratitud, gracia, gratis son palabras relacionadas.
Podemos hablar de dos fases:
1) Reconocimiento de la bondad en nuestra vida. Reconocemos haber recibido algo que nos gratifica, bien por su presencia o por el esfuerzo que hizo alguien.
2) Conocimiento de que las fuentes de esta generosidad están fuera de mi. Nos sentimos agradecidos a otras personas, o a algo que nos trasciende-
Es una conciencia reflexiva de que somos destinatarios de generosidad. Esto permite que la gratitud nos transforme. Implica humildad, es decir, reconocer que en la vida necesitamos contribuciones de otros, y que hay fuerzas a nuestro favor.
Existe también un componente afectivo, profundo, que es la emoción de amor hacia quien nos obsequia. Es lo que produce la necesidad de expresar agradecimiento.
Obstáculos a la gratitud
A la mente humana le cuesta reconocer la gracia, damos las cosas por hecho, nos creemos responsables de lo bueno que nos ocurre, nos adaptamos enseguida a lo bueno.
Pueden interponerse obstáculos internos y externos al desarrollo de la gratitud en la vida, como:
- Los prejuicios negativos. Tenemos tendencia a ver lo negativo
- La soberbia, la falta de humildad, o incapacidad de admitir que necesitamos de otros. Somos interdependientes, no dependientes, y eso debería alentar un agradecimiento sincero
- El victimismo -una actitud que tiende a culpar a otros, a buscar el error, el daño en la vida- mengua la capacidad de gratitud
- La cultura consumista, que nos incita a buscar nuevos placeres, desear lo que no tenemos, que celebra el engrandecimiento propio y la competencia.
Beneficios de ser agradecido:
Según la investigación reciente la práctica de la gratitud produce niveles más elevados de emociones positivas, protegiéndonos de emociones negativas, además de los siguientes beneficios:
- Pensar con gratitud ayuda a saborear las experiencias positivas de la vida
- Expresar gratitud refuerza la autoestima y el amor propio. Algunas personas se centran en los errores y fracasos y en penas que les provocan los demás. La gratitud va contra este hábito, y alienta a buscar lo que se valora en la vida.
- La gratitud ayuda a afrontar el estrés y el trauma. Se ha observado más expresiones de gratitud en situaciones de catástrofe o maldad humana, y como ayuda a recuperar el bienestar.
- La gratitud estimula el comportamiento moral. Una persona agradecida es más probable que ayude a los demás.
- La gratitud puede ayudar a establecer vínculos sociales, a fortalecer las relaciones existentes y a preocuparse de las nuevas. Dado que la gratitud es motivadora y nos estimula a compartir la generosidad recibida con otros.
- La gratitud tiende a inhibir las comparaciones envidiosas con los demás
- La gratitud es incompatible con emociones negativas y puede reducir o evitar sentimientos como la rabia, la amargura y la codicia.
La gratitud nos ayuda a contrarrestar la tendencia a la adaptación hedonista o tendencia a adaptarnos a lo bueno y darlo por sentado.
Incluso se han observado mejoría o alivio de síntomas de enfermedad en muchos experimentos sobre esta temática.
Resumiendo,podemos concluir que el desarrollo de la gratitud enriquece la vida humana. Llegando algunos a decir que es la llave de la felicidad. Así como a nivel social es uno de los pilares de la sociedad, algo que une a las personas en relaciones de reciprocidad.
Algunos se preguntan si es solo un rasgo de ciertas personas de buen carácter, pero la psicología positiva está confirmando que se puede cultivar y desarrollar, con la consiguiente mejora de nuestro bienestar. De hecho determinadas meditaciones de origen budista se orientan a cultivar la gratitud.
Se puede considerar una actitud elegida, una manera de abordar la vida, que ciertamente es agradable, aunque no siempre fácil. Einstein confesó que debía recordarse una y otra vez que su vida interior y exterior dependía de los esfuerzos de otros.
La gratitud es considerada por la psicología positiva como un camino, un proceso, una capacidad que podemos potenciar, y que aporta grandes beneficios.
Lectura para profundizar: Gracias, de Robert Emmons