Al meditar no nos alejamos de la sociedad, no nos escapamos de ella, sino muy por el contrario, nos preparamos para reinsertarnos adecuadamente en ella. (Thich Nhat Hanh)
Algunas personas usan inconscientemente la meditación como refugio ante las adversidades de la vida ( algunos lo llaman evasión espiritual). Huyen hacia la meditación para evitar enfrentarse con vivencias difíciles o sentimientos incómodos.
Este es un error a veces difícil de detectar , ya que la calma o la distancia parecen preferibles a la complejidad y embrollo que supone tratar con los retos de la vida. Personas frías e indiferentes pueden aparentar haber logrado serenidad ante los retos de la vida, pero en realidad están desconectados.
Evadirse meditando no da buenos resultados. En realidad no es siquiera verdadera meditación.Quien está usando la meditación de este modo, probablemente no se está ocupando de asuntos que la verdadera práctica le daría la fuerza de afrontar.
Aunque la meditación implica la práctica del desapego , esto no significa estar por encima de todo en la vida real. La práctica debería capacitarnos para ser receptivos y abiertos ante los vaivenes de la vida. Se puede cultivar la estabilidad y la presencia frente a cualquier circunstancia, sin estar desconectado.
Es raro que un ser humano pueda afrontar la vida estando presente al 100%. Practicando apropiadamente y con entusiasmo, la meditación va desarrollando esa capacidad. La verdadera meditación trata de estar completamente presente con todo lo que es, incluyendo la incomodidad y las dificultades. Nos da poder para encarar la verdad y la realidad, y aceptarlas sin evasivas.
Al tiempo que la meditación ayuda a abandonar apegos insanos, también ayuda a que no perdamos el compromiso directo con la vida, y que podamos afrontarla creativamente.
(traducido de textos de Evolving Wisdom, por Craig Hamilton)
Me parece una reflexión que nos aclara muchas cosas. Gracias.