Para empezar podemos considerar la práctica de la meditación mindfulness como un entrenamiento mental y emocional, que podemos comparar con el entrenamiento físico.
Si ejercitas tu cuerpo y tus músculos obtendrás unos resultados al cabo de un tiempo (mayor energía, fuerza muscular, huesos más densos, etc.), aunque al principio suele haber incomodidades (agujetas, cansancio, desgana, etc.).
Si ejercitas tu mente también obtendrás beneficios como mayor calma, concentración, bienestar, mejor conexión con otros, y otros efectos a nivel de salud física y mental (como refuerzo del sistema inmunológicos o disminución de síntomas del estrés), efectos que la investigación está confirmando. También suelen aparecer ciertos obstáculos o dificultades, sobre todo al principio, (inquietud, sueño, dudas, emociones incómodas, etc.) que debemos manejar adecuadamente.
Además de entrenar la mente vamos sembrando semillas de consciencia en el camino, de modo que con el tiempo podemos llegar a transformar nuestra vida, a través del proceso de autoconocimiento que aporta la práctica, que nos lleve a ser más auténticos y felices. El hecho de conocernos nos hace darnos cuenta de lo que nos limita y obstaculiza en nuestro desarrollo, uno empieza a descubrir lo que es realmente importante.
Otro efecto señalado de la práctica es el poder afrontar mejor los cambios, los tiempos duros y las emociones difíciles. Se va incorporando una actitud de apertura y aceptación frente a la vida, en lugar de un patrón mental más rígido que reacciona con juicios, autocríticas, resistencias, miedos, etc
La psicología moderna ha comprobado que mindfulness es una interesante herramienta terapéutica, que se emplea para paliar el sufrimiento que se deriva de no afrontar la realidad dolorosa, de querer huir del malestar, de querer controlar lo incontrolable. Mucho sufrimiento humano se deriva de no aceptar y resistirse a lo inevitable, como es la pérdida, la enfermedad, la frustración, etc. El hecho de cultivar la aceptación, el poder soltar y ser compasivo es un factor decisivo hacia la sanación.
Mindfulness nos sirve también en situaciones de emergencia, de estrés. Nos aporta más consciencia y nos abre a disponer de más opciones para actuar, para dar respuestas más beneficiosas que la reacción automática que cada uno pueda tener en cada situación estresante.
Alguna vez escuché que la mejor motivación para meditar es simplemente porque somos SERES humanos. Nos identificamos tanto con lo que hacemos, nos valoramos generalmente por lo que tenemos, que nos hemos olvidado de que en esencia simplemente SOMOS. Y por eso mismo, podemos empezar a poner presencia (PRE-ESENCIA, previo para llegar a la ESENCIA), es decir a meditar.
hola .. nos encantaria publicar tu artículo en nuestro blog http://www.psicologiaymeditacion.. si te interesa escribe un mail a psicologia.meditacion@gmail.com