Creo en todo lo que aún no se ha dicho.
Quiero liberar lo que espera dentro de mí
para que lo que nadie se ha atrevido a desear
por una vez pueda surgir con claridad sin que yo lo
haya maquinado.
Si esto resulta arrogante, perdóname Dios,
pero es que lo necesito decir.
Ojalá que lo que haga fluya desde mi como un río,
sin forzar y sin retener,
así como hacen los niños.
Entonces, en estas corrientes que crecen y menguan,
estas mareas profundas que se van y regresan,
te cantaré como nadie lo ha hecho,
fluyendo por canales cada vez más grandes hasta el
mar abierto.
(Rainer Maria Rilke)