Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 6 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recorto el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:
-«Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie«.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría unos días recomponer el mapa, pero no fue así. Al cabo de apenas una hora, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:
-«Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
– Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
– Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
Simplemente maravilloso.
Esa debe ser la tarea principal de cada uno: recomponerse a sí mismo.
La solución parece sencilla, debemos estar muy mal para no ponerla en práctica.
Antonio, quizás «los poderes» que controlan a los políticos, a los legisladores, a los medios de información… Tienen miedo a que nos formemos, y nos ponen en la TV las cosas que nos ponen. TIENEN MIEDO AL LIBRO, A LA EDUCACIÓN, A LA FORMACIÓN, A DIÁLOGOS COMO ESTE QUE ESTAMOS TENIENDO.
Yo diría que mas que miedo, lo que tienen es la certeza de que solo nos manejarán si son capaces de aborregarnos, de momento van con el marcador a favor.