Esto de ser un ser humano
es como administrar una casa de huéspedes.
Cada día una nueva visita,
una alegría, una tristeza, una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea que llega como un visitante inesperado.
Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso
que desvalija tu casa completamente.
Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan,
pues se puede decir de ellos
que han sido enviados como guías del más allá.
RUMI (poeta sufi)
Qué bueno 🙂