La curiosa paradoja es que sólo cuando me acepto tal como soy, puedo cambiar. (Carl Rogers).
Las nuevas terapias de tercera generación proponen la herramienta de meditación mindfulness como aliada del proceso terapéutico:
- En primer lugar, el terapeuta debe tener amplia experiencia personal en la práctica meditativa, de modo que tenga buen criterio para proponer el camino más adecuado para el cliente.
- Se debe transmitir la idea de que la meditación es un proceso a largo plazo, que se necesita una disciplina diaria que se mantenga. Que su uso temporal limita sus posibilidades.
- Las técnicas de atención plena se pueden integrar en la sesión terapéutica y en la vida diaria, como manera de centrarse, de regular las emociones, de manejar los pensamientos, etc.
- La práctica propuesta debe ser realista y adaptada a la personalidad del cliente, a su motivación y posibilidades.
La evolución individual puede ser propiciada tanto por el proceso terapéutico como por la práctica meditativa, que pueden ser caminos complementarios de conciencia. Pero recordemos que ambas son herramientas, el dedo que señala la luna.
Como dice Jack Kornfield “ni la meditación ni la terapia son la solución: lo es la conciencia”
«solo cuando me acepto tal como soy,puedo cambiar» «solo cuando tego la capacidad para pensar lo que soy,encuentro que puedo ser lo que soy pensando»