Muchos psicólogos señalan que otra clave para la felicidad es el nivel de satisfacción personal con el núcleo de relaciones: familia, amigos, compañeros y por supuesto la relación con uno mismo. Hay dos fortalezas relacionadas con esa satisfacción: la inteligencia emocional y la inteligencia social. En la base de estas inteligencias está la consciencia de las propias emociones junto con la comprensión y la aceptación, que también son fundamentales en la meditación de la atención plena (mindfulness). La investigación reciente confirma que la práctica meditativa desarrolla la empatía y el autoaprecio, es decir, mejora la calidad de nuestras relaciones (incluida la relación con uno mismo).
La práctica meditativa no es solo un fenómeno cognitivo relacionado con la atención, también tiene un componente afectivo, de amor hacia el objeto observado. Como dice Pema Chodron “todo el proceso de la meditación consiste en crear una buena base, una cuna de bondad amorosa, donde podamos ser nutridos”.
Este cultivo de la amabilidad o compasión por nosotros mismos y los demás, es otro elemento importante de mindfulness, que nos abre la vía hacia un bienestar más profundo
es simple,el ser humano no es capaz de entregarse en su mas intimos pensamientos si los mismo no son guiados por los principios del amor y la entrega total,para llegar a ese punto,el ser humano debe ser actualizado en la repuesta a cual es la verdadera naturaleza del Amor? y como llega a nutrir su alma con ese Amor?