Algunos hablan de una ciencia de la felicidad, otros prefieren usar el término bienestar subjetivo. Ambos conceptos se consideran el objetivo de la Psicología Positiva: potenciar el bienestar y los caminos que nos llevan hasta él. Las investigaciones científicas están ratificando la idea expresada por numerosos pensadores de diversas tradiciones: que la felicidad radica en nuestro interior y no tanto en las circunstancias externas, y que para ser feliz es preciso desarrollar nuestras talentos y actualizar nuestros valores.
El psicólogo Martin Seligman habla de varios niveles imbricados en el concepto de felicidad :
- La vida placentera, que busca experimentar emociones positivas, basadas en placeres de tipo sensorial y emocional, asumiendo que los placeres son efímeros y dependen de las circunstancias externas.
- La vida comprometida, que es consecuencia de utilizar las fortalezas y capacidades, lo cual supone un esfuerzo de la persona por desarrollarse. Va más allá del placer y conlleva una satisfacción más duradera. Se relaciona con fluir y superarse.
- La vida con significado, que consiste en emplear nuestra personalidad al servicio de algo que nos trascienda . Se trata de encontrar un sentido a nuestra vida. Se refiere a la vocación o propósito.
- Calidad de las relaciones. Cuidar las relaciones y manejarlas de forma constructiva es un factor clave.
- Logros. Se relaciona con los éxitos logrados, entendiendo que estos se relacionan con la determinación y perseverancia de las personas.